Más allá de los beneficios que recogemos con la práctica formal de la meditación, el gran cambio en nuestra vida se logra cuando logramos estar presentes en pequeños espacios a lo largo del día, mientras desplegamos nuestras distintas actividades. Una inhalación y exhalación conciente antes de prender el auto o de contestar un mail, al ducharnos o cuando escuchamos a alguien que nos habla. Esta práctica cotidiana a lo largo del tiempo, generará un cambio profundo, que nos permitirá salir del HACER, compulsivo y automático, y entrar ocasionalmente en el SER, conciente y deliberado. Por eso la meditación tiene más que ver con un CÓMO que con un QUÉ. Estar disponibles con nuestra atención para lo que vamos experimentando momento a momento. Así no nos perderemos nada. Si no aprendemos a reconocer, honrar y vivir plenamente este momento, tampoco lo podremos hacer con nuestra vida, que no es más ni menos que una sucesión de momentos.
lunes, 15 de septiembre de 2014
jueves, 20 de diciembre de 2012
Tan sólo aquietarnos
Meditar es tan sencillo como estar quietos por dentro.
Ahora, ¿cómo logramos esa quietud? Mediante el conjunto de ejercicios, prácticas y actitudes que aplicamos en la
meditación, hasta lograr sentir que hay una Presencia más allá de nuestros
pensamientos y emociones. Una presencia sin atributos particulares, que no es
joven ni vieja, ni exitosa ni un fracaso, ni hombre ni mujer: estos son sólo
rótulos que nos damos o que otros nos dan y nosotros aceptamos. La Presencia es
más profunda que eso. La historia de vida, nuestra situación de vida
(relaciones, finanzas, trabajo, salud) todo constituye quiénes somos tan sólo
al nivel de la forma, pero no es lo que somos a un nivel más profundo. Somos Presencia consciente.
Por lo tanto hay dos dimensiones en nuestro ser: el nivel de
la forma (joven, viejo, saludable, enfermo, exitoso, fracasado, rico, pobre) y
el nivel de la Presencia incondicionada.
No hay que CREER en la presencia, sino experimentar que no
hay nada más cierto que el hecho de que somos presencia consciente. Todo lo
demás podría ser un sueño, por la forma en que cambia y se desvanece. Lo único
que no cambia ni se desvanece es la conciencia que percibe los cambios y los
sueños de la existencia. Y eso es lo que somos.
Sólo en esa realización nos liberamos de la dependencia del
mundo de la forma, lo que es una condición terrible: construir nuestra
identidad en la forma, que es inestable y nunca satisface por mucho tiempo (¡todos
lo hemos comprobado!). La única verdadera fuente de satisfacción es conocernos
como Ser consciente.
Siempre habrá limitaciones e imperfecciones en la dimensión
de la forma. No esperemos una perfección imposible. La perfección de la que
habló Jesús “Sed pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los
cielos es Perfecto” se refiere al Reino de los Cielos dentro de nosotros. Y así
forma y no forma conviven. Y por primera vez podremos disfrutar de la forma por
lo que es, sin imponer expectativas irrazonables sobre ella, cuando esperamos
que las situaciones, personas y cosas duren por siempre y nos hagan felices. Por
supuesto que a veces somos felices con la forma, pero no por mucho tiempo.
Así podremos disfrutar con cierto desapego, por saber que
somos espaciosidad y conciencia, y desde allí podremos disfrutar de abrir un
libro, de la suavidad de un objeto, de una música. Tomando de cada cosa lo que
es, sin estar proyectados a la siguiente experiencia que nos dará satisfacción.
Y si pasamos por cosas dolorosas a nivel de la forma,
estaremos seguramente apenados, pero al desmoronarse la forma, permitirá que la
conciencia surja mostrando que siempre permanece detrás de las formas que se
disuelven. Detrás del dolor estará la
paz.
El desafío es percibir la Presencia que somos cuando estamos
interactuando con el mundo de las formas. Es un desafío porque la forma ejerce
una gran atracción sobre nosotros y tiende a tapar la otra dimensión más
profunda. Las situaciones nos atrapan, perdemos foco, y nos olvidamos del Ser
que somos. El yo busca afirmar su realidad.
Y ahí es cuando las prácticas nos traen de vuelta a la
conciencia de Ser.
(inspirado en las enseñanzas de Eckhart Tolle)
jueves, 9 de agosto de 2012
Tips prácticos
Dónde meditar
Para meditar, sólo precisamos cerrar los ojos, ir hacia adentro y estar en un lugar tranquilo que elijamos donde no nos interrumpan.
Para meditar, sólo precisamos cerrar los ojos, ir hacia adentro y estar en un lugar tranquilo que elijamos donde no nos interrumpan.
Cuándo meditar
La mañana y la tardecita coinciden con el ritmo más calmo de nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo sabe cómo aquietarse, simplemente le tenemos que dar la oportunidad de hacerlo. Los estudios muestran que las rutinas que se comienzan en la mañana perduran más pero en cualquier momento en que uno se disponga a meditar será el momento apropiado.
La mañana y la tardecita coinciden con el ritmo más calmo de nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo sabe cómo aquietarse, simplemente le tenemos que dar la oportunidad de hacerlo. Los estudios muestran que las rutinas que se comienzan en la mañana perduran más pero en cualquier momento en que uno se disponga a meditar será el momento apropiado.
Posición del cuerpo
Estar cómodo es lo más importante. Es preferible sentarse derecho en el piso o en una silla para ayudar a cultivar el estado de alerta, pero si tenés alguna dolencia o precisás recostarte, es posible también. La mente fue condicionada para dormir cuando el cuerpo está acostado de modo que tal vez sientas somnolencia. Tus manos pueden estar relajadas sobre tu falda, con las palmas hacia arriba o del modo en que te sientas más abierto.
Estar cómodo es lo más importante. Es preferible sentarse derecho en el piso o en una silla para ayudar a cultivar el estado de alerta, pero si tenés alguna dolencia o precisás recostarte, es posible también. La mente fue condicionada para dormir cuando el cuerpo está acostado de modo que tal vez sientas somnolencia. Tus manos pueden estar relajadas sobre tu falda, con las palmas hacia arriba o del modo en que te sientas más abierto.
Pensamientos
Los pensamientos inevitablemente pasarán y revolotearán por tu mente, pero eso es normal. No trates de hacer nada con ellos, dejalos ser. Si te encontrás pensando sobre lo que está pasando por tu mente, sólo volvé a enfocar tu atención en el mantra o en tu respiración – y pronto entrarás en el espacio entre los pensamientos.
Los pensamientos inevitablemente pasarán y revolotearán por tu mente, pero eso es normal. No trates de hacer nada con ellos, dejalos ser. Si te encontrás pensando sobre lo que está pasando por tu mente, sólo volvé a enfocar tu atención en el mantra o en tu respiración – y pronto entrarás en el espacio entre los pensamientos.
Respiración
Cuando prestamos atención a nuestra respiración, estamos en el momento presente. En un ritmo no esforzado y natural, permití que tu respiración fluya hacia adentro y afuera fácilmente y sin esfuerzo.
Cuando prestamos atención a nuestra respiración, estamos en el momento presente. En un ritmo no esforzado y natural, permití que tu respiración fluya hacia adentro y afuera fácilmente y sin esfuerzo.
Duración de la meditación
Los efectos de la meditación son acumulativos y apartar tan sólo 15 minutos por día para replegarse y recargarse es beneficioso. Muchas escuelas de meditación recomiendan 30 minutos de meditación dos veces al día, y a medida que evoluciona la práctica de meditación se puede extender el tiempo. Es mejor dedicar unos pocos minutos a meditar todos los días que meditar durante una hora por semana.
Los efectos de la meditación son acumulativos y apartar tan sólo 15 minutos por día para replegarse y recargarse es beneficioso. Muchas escuelas de meditación recomiendan 30 minutos de meditación dos veces al día, y a medida que evoluciona la práctica de meditación se puede extender el tiempo. Es mejor dedicar unos pocos minutos a meditar todos los días que meditar durante una hora por semana.
sábado, 23 de junio de 2012
Suficiente
Suficiente. Basta con esa palabra
y, en el case de que no baste,
basta con esta respiración,
y si tampoco ésta es suficiente,
baste con estar sentado
y con abrirnos a la vida
a la que, hasta ahora,
nos hemos negado
una y otra vez.
Justo hasta ahora.
David Whyte
lunes, 4 de junio de 2012
Las 10 preguntas frecuentes sobre Meditación
1. ¿La meditación no me va a relajar demasiado o convertir
en un zombi al punto de afectar mi éxito en el trabajo o los estudios? Mucha gente
todavía asocia la meditación con estilos de vida alternativos y poco prácticos
y temen transformarse en un hippie o yogi que se mira el ombligo si se sienta
en silencio por unos minutos. Lo cierto es que la meditación en verdad te
enseña a focalizar la mente y minimizar las distracciones para poder hacer las
cosas con mayor eficiencia. Además, cuando estás tenso, no podés hacer nada
particularmente bien – y la meditación te ayuda a relajar el cuerpo y reducir
el estrés para usar mejor tu tiempo y disfrutarlo más.
La mayoría de las prácticas de meditación son una
combinación de concentración y conciencia receptiva. Mediante la concentración,
descubrís como estabilizar la atención en un objeto en particular, como tu
respiración o alguna otra sensación física. Luego, podés extender esta
concentración al trabajo o a los deportes o alguna otra actividad. De hecho. Los
psicólogos tienen una palabra para la absorción total que es generada por la
concentración intensa: la llaman flow
o fluir. Este es un estado mental en
el que el tiempo se desacelera, las distracciones se desvanecen y la actividad
se hace sin esfuerzo y es altamente disfrutable.
Con la conciencia receptiva, se practica expandir la
atención para incluir todo el rango de experiencias, tanto internas como
externas. Ambas juntas – concentración y conciencia receptiva – se combinan
para crear el tipo de alerta relajada que vemos en los grandes artistas,
deportistas y expertos en artes marciales. No se los podría llamar zombis ni
ineficientes, ¿no?
2. ¿Cómo puedo hacerme en tiempo para meditar en una
agenda más que cargada? Lo bueno de la meditación es que no lleva mucho tiempo.
Podés empezar a practicar 5 o 10 minutos por día. Por lo general es mejor a la
mañana, al menos para comenzar, mientras los demás duermen. Pero más allá del
momento en que se encuentren unos minutos, lo importante es la regularidad-
diariamente si fuera posible. Esto te dará la oportunidad de disfrutar los
efectos de la meditación: menos estrés y mayor foco. Como levantar pesas o
aprender a tocar un instrumento musical, hay que hacerlo y con regularidad. Al practicar
habitualmente, podrás percibir pequeños cambios en tu vida: momentos de calma o
paz o armonía. Y cuanto más te beneficies de tu práctica, más vas a sentirte
motivado para encontrar el tiempo, y tal vez extender las sesiones de 5 o 10
minutos a 15 o 20.
3. No me puedo sentar en el piso con las piernas cruzadas –
¿puedo meditar en una silla o acostado? Sí, totalmente! De hecho las posturas
tradicionales de meditación incluyen sentarse, estar de pie, caminar,
recostarse y moverse de cierto modo (por ejemplo, en el tai chi o las danzas
Sufis). Cualquier postura que puedas sostener con comodidad es apropiada para
meditar. Por supuesto, que recostarse tiene la desventaja de que te quedes
dormido, y por lo tanto tengas que hacer un esfuerzo especial (sin tensarte)
para permanecer alerta y enfocado. Y en todo caso, será mejor acostarse en un
mat que en tu cama, por razones obvias.
Más importante que si estamos sentados o parados para
meditar es lo que hacemos con la espalda. Encorvarse o inclinarse hacia un
costado, de modo que el cuerpo luche contra la gravedad, puede ser incómodo y
no ayudarte a sostener la práctica a largo plazo. En cambio, podés adoptar el
hábito de estirar la columna, que contribuirá a una buena postura en tus otras
actividades también.
4. ¿Qué debo hacer con la inquietud o la incomodidad
cuando trato de meditar? Todos experimentamos agitación o incomodidad en la
práctica de meditación ocasionalmente. De hecho, la meditación es como un
espejo que nos devuelve el reflejo.¡ Y esa es una de sus virtudes! Cuando frenás
tu vida ocupada por unos minutos y te sentás en silencio, podés notar
repentinamente toda la energía nerviosa y el pensamiento agitado que te estaban
estresando. ¡Bienvenidos al mundo de la meditación! Gradualmente, tu inquietud
e incomodidad se disipan por sí solas.
5. ¿Cómo puedo saber si estoy meditando bien? ¿Cómo sé si
mi meditación funciona? Estas dos preguntas reflejan al perfeccionista
orientado a metas dentro de nosotros, que monitorea nuestras actividades para
asegurarse de que las hacemos bien. Lo bueno de la meditación es que no la
podés practicar mal, a menos que no la practiques. Simplemente dejá de lado al
perfeccionista y seguí trayendo tu foco al presente. Las experiencias que
pueden surgir en la meditación son los viejos hábitos y patrones que se irán
transformando a medida que profundices tu práctica.
Y en cuanto a si tu meditación funciona, probablemente
veas cambios sutiles, por ejemplo, tus amigos o familiares pueden notarte menos
irritable o estresado, o verás que estás menos reactivo en situaciones
difíciles. Una vez más, no busques resultados, simplemente confiá en el proceso
y dejá que los cambios vengan solos.
6. Qué tengo que hacer si me duermo mientras medito? Como la inquietud,
la somnolencia es un obstáculo común en el viaje de la meditación. Primero podés
explorar tu somnolencia. ¿dónde la sentís en el cuerpo? ¿es sólo letargo mental
o además estás físicamente cansado? Tal vez necesites una siesta en vez de
meditar! Probá abrir los ojos, estirar la columna y lavarte la cara con agua
fría. ¡Es mejor una meditación con sueño que no meditar en absoluto!
7. ¿Puedo meditar mientras manejo el auto o estoy en mi
computadora? Si
bien no es posible practicar la meditación formal mientras estás haciendo otras
actividades, sí es posible hacer las cosas meditativamente. Durante tus
meditaciones, aprendés a estar presente en medio de pensamientos, emociones y
sensaciones que te distraen. Luego, cuando estás manejando o sentado frente a
tu computadora, podés aprovechar esa atención plena para atravesar el tránsito
o preparar un informe. Vas a encontrar que podés hacer la actividad con menos
esfuerzo y disfrutándola más. Como cuando aprendemos un movimiento en un
deporte, y luego lo aplicamos en un partido.
8. ¿Preciso renunciar a mis creencias religiosas para
meditar?
Ciertamente no. Podés aplicar los principios y técnicas de meditación a
cualquier tradición religiosa o espiritual. De hecho, mucha gente encuentra que
la meditación aumenta la conexión con su propia fe, enriqueciéndola. La meditación
es hacer una pausa en tu vida ajetreada, respirar profundamente, sentarte en
silencio y volcar tu atención hacia adentro. Lo que descubrís no es nada más
que vos – ¡completo con todas tus
creencias, afiliaciones y rasgos de la personalidad!
9. ¿Qué debería hacer si mi pareja o familiares no me
apoyan en mi práctica de meditación? Si hay una oposición abierta, lo mejor es
meditar en un grupo fuera de tu casa. Pero si sólo se resisten o tienden a
interrumpirte en momentos inoportunos o a llamar tu atención cuando te vas a
meditar, sería bueno explicarles tu interés por la meditación y decirles que no
los vas a querer menos por quedarte unos minutos en silencio todos los días. Ellos
mismos van a ver que disfrutan más de vos si te encontrás más relajado,
presente y menos estresado, y su resistencia podrá disminuir gradualmente.
¿quién sabe? ¡Tal vez algún día decidan meditar también!
10. ¿La meditación puede realmente mejorar mi salud? Sí puede. Los investigadores
han publicado cientos de estudios sobre los beneficios de la meditación sobre
la salud. Al armonizar la mente y el cuerpo e incrementar el nivel de
relajación y bienestar, la meditación facilita la liberación al torrente
sanguíneo de químicos que fortalecen la salud y refuerza el sistema inmune. Hay
técnicas diseñadas para estimular específicamente el proceso de curación.
Adaptado de "Meditation for Dummies"
Adaptado de "Meditation for Dummies"
viernes, 1 de junio de 2012
Aceptación
“ Me encanta ser libre para andar por el mundo sin miedo,
tristeza ni enfado, lista para encontrarme con cualquier cosa o cualquier
persona, en cualquier lugar y en cualquier momento, con los brazos y el corazón
completamente abiertos. La vida me enseñará lo que todavía no he deshecho. Lo espero
con ilusión” Byron Katie
La aceptación incondicional de lo que es nos lleva a este
estado de conciencia que describe Katie.
¿cómo llegamos a esa aceptación? Indagando nuestros pensamientos hasta
encontrar su falsedad. ¡Nada que se riña con la realidad de lo que es puede ser
cierto!
domingo, 20 de mayo de 2012
Somos uno
“Cuando dices, ¨gracias¨, completas algo. Estás concluyendo una transacción, una relación, un proceso. ¨Gracias¨ es como ¨adiós¨.
En el nivel mas profundo, agradecer no significa nada. Cuando mas profundo vayas, verás que no hay ¨otro¨ a quien agradecer” SSRS
Suscribirse a:
Entradas (Atom)