"¿Acaso estabas pensando en la posibilidad de susurrar en voz baja a la oreja del mundo sordo que te rodea? No, amigo mío, debes gritar. Grita desde tu corazón lo que has visto y hazlo lo más fuerte que puedas." K. Wilber

lunes, 15 de septiembre de 2014

Un cómo más que un qué

Más allá de los beneficios que recogemos con la práctica formal de la meditación, el gran cambio en nuestra vida se logra cuando logramos estar presentes en pequeños espacios a lo largo del día, mientras desplegamos nuestras distintas actividades. Una inhalación y exhalación conciente antes de prender el auto o de contestar un mail, al ducharnos o cuando escuchamos a alguien que nos habla. Esta práctica cotidiana a lo largo del tiempo, generará un cambio profundo, que nos permitirá salir del HACER, compulsivo y automático, y entrar ocasionalmente en el SER, conciente y deliberado. Por eso la meditación tiene más que ver con un CÓMO que con un QUÉ. Estar disponibles con nuestra atención para lo que vamos experimentando momento a momento. Así no nos perderemos nada. Si no aprendemos a reconocer, honrar y vivir plenamente este momento, tampoco lo podremos hacer con nuestra vida, que no es más ni menos que una sucesión de momentos.