"¿Acaso estabas pensando en la posibilidad de susurrar en voz baja a la oreja del mundo sordo que te rodea? No, amigo mío, debes gritar. Grita desde tu corazón lo que has visto y hazlo lo más fuerte que puedas." K. Wilber

jueves, 23 de diciembre de 2010

Corcho


En la vida espiritual se habla de dos vías: la positiva y la negativa. Expandir mi conciencia infinitamente sería la positiva. Despojarme de todo lo que obstruye la visión de mi conciencia infinita sería la negativa. Ya somos todo lo que buscamos, sólo tenemos que gradualmente desidentificarnos de los condicionamientos, deseos y pensamientos que actúan como nubes que tapan el sol. La única barrera es la mente, y en el momento que la aquietamos, logramos acceso a todo lo que hay más allá de ella. Por eso muchos de los que alcanzan la Iluminación estallan en carcajadas. ¡Qué ridículo haber buscado tanto tiempo con afán lo que siempre fuimos! Lo buscado está en el buscador. Los Upanishads de la India enseñan el método de autoconocimiento “neti, neti”, esto no, esto no. Vamos eliminando capas, hasta vaciarnos totalmente, y cuando no queda nada que negar, hemos encontrado el todo.
Si ponemos agua en una botella, la tapamos con un corcho y la sumergimos en un lago, el agua encerrada en la botella se puede identificar con su envase y no darse cuenta de que es una con de todo lo que la rodea. Sólo agua, dentro y fuera. Sólo conciencia, dentro y fuera de nosotros. Sacamos el corcho, y esa división desaparece. Aquietamos la mente, y sólo esplende la infinita Conciencia de Ser.
¡Recordemos esta imagen cada vez que veamos descorchar una botella en estas Fiestas!

martes, 17 de agosto de 2010

Constancia

Cuando comenzamos a conectarnos con una enseñanza espiritual es usual que sintamos un gran entusiasmo e iniciativa y que nos preguntemos “¿Cómo es que no hice esto antes?” Luego de un tiempo nos encontramos con que no es tan fácil como creímos sostener la práctica a lo largo del tiempo, ya que aparecen obstáculos internos como la inconstancia, la pereza, la duda. Nada distinto de lo que enfrentamos cuando queremos iniciar una rutina en un gimnasio, o dominar la técnica de un instrumento musical. Sabemos que la práctica sostenida e ininterrumpida es la que conduce al desarrollo, no los meros intentos erráticos y casuales, sino la constancia que surge de un compromiso interno para con el camino. Para superar esta instancia, es bueno recordarse una y otra vez el sentido de abordar una práctica espiritual, cualquiera sea. Siempre con paciencia y sin castigarse ni culparse a uno mismo por los intentos fallidos. Es todo una cuestión de maduración. ¿Quién no se empachó alguna vez con una comida que le gustaba mucho y que comió en exceso? Después de una experiencia semejante, nadie nos tiene que convencer de no comerla, ¡si apenas toleramos verla! De igual modo, llegamos al centramiento luego de cansarnos de tantas distracciones, llegamos a la integración de nuestro ser cuando no toleramos más la fragmentación caótica de nuestra atención. Así como cuando a la noche llegamos de modo natural al descanso, después de un día de intensas actividades.
Ramakrishna decía que cuando caminamos hacia el norte el sur queda naturalmente atrás. Sabiendo esto, procuremos avanzar hacia nuestro Ser esencial y lo superficial, lo intrascendente y lo ilusorio se desprenderán como un fruto maduro de la rama.

jueves, 5 de agosto de 2010

Despertadores

Podemos invitar a la Conciencia a nuestras vidas, o podemos esperar que la vida nos empuje hacia ella. Sabemos que las situaciones más dolorosas y traumáticas que nos toca vivir, son también las que nos ofrecen la posibilidad de despertar de nuestro letargo, de nuestra inconciencia, que nos lleva al olvido de nosotros mismos, perdiéndonos en pensamientos descontrolados y en nuestra ilusoria identidad egoica.
De una u otra manera, no hay forma de eludir a la Conciencia. El propio impulso evolutivo del universo nos lleva hacia allá. ¡Somos flechas lanzadas y tenemos un objetivo!
Si comprendemos esto, no necesitamos esperar a que la vida nos sacuda y arrastre por la fuerza. Así como nos ponemos el despertador a la mañana para no quedarnos dormidos, podemos rodearnos en nuestra vida de “despertadores de conciencia” para poder invitar a un nuevo estado de Presencia.
La Meditación es un gran despertador, unos minutos diarios alcanzan para lograr un estado de alerta o intensidad que acalla los pensamientos y que luego se cuela entre ellos cuando retornan, dando un enfoque nuevo y significativo a nuestras vidas.
Otros despertadores son las prácticas de respiración (pranayama), los distintos tipos de yoga, la lectura de enseñanazas espirituales, el contacto con personas en diversas etapas del proceso de despertar y hasta el mero contacto con la naturaleza. Todas nos conducen a lo profundo del Ahora, más allá del tiempo, más allá del ego.
¿Por cuál de los dos caminos vamos a llegar?

martes, 6 de abril de 2010

"Te veo"

Una de las cosas que me gustaron mucho de la película Avatar, además de los increíbles efectos visuales, fue el saludo de los seres azules de Pandora: “I see you”, te veo, te registro, reparo en vos como ser total, además de ver tu cuerpo, siento tu presencia, tu estado presente. ¡Qué significativo es un saludo así! Las miradas se encuentran y no se rehúyen, se detienen, se reconocen, dan derecho de acceso al fondo del ser. Me salgo de la corriente del transcurrir para durante algunos segundos mirarte. Esto inmediatamente realza la existencia de la otra persona, como cuando acercamos un fósforo encendido a otro que aún no lo está. En ese encuentro arde la plena presencia y esto necesariamente nos conecta con un aspecto más profundo, aunque sean tan sólo unos pocos segundos. ¡Que cada saludo nuestro se convierta en un puente al ahora!