"¿Acaso estabas pensando en la posibilidad de susurrar en voz baja a la oreja del mundo sordo que te rodea? No, amigo mío, debes gritar. Grita desde tu corazón lo que has visto y hazlo lo más fuerte que puedas." K. Wilber

jueves, 5 de agosto de 2010

Despertadores

Podemos invitar a la Conciencia a nuestras vidas, o podemos esperar que la vida nos empuje hacia ella. Sabemos que las situaciones más dolorosas y traumáticas que nos toca vivir, son también las que nos ofrecen la posibilidad de despertar de nuestro letargo, de nuestra inconciencia, que nos lleva al olvido de nosotros mismos, perdiéndonos en pensamientos descontrolados y en nuestra ilusoria identidad egoica.
De una u otra manera, no hay forma de eludir a la Conciencia. El propio impulso evolutivo del universo nos lleva hacia allá. ¡Somos flechas lanzadas y tenemos un objetivo!
Si comprendemos esto, no necesitamos esperar a que la vida nos sacuda y arrastre por la fuerza. Así como nos ponemos el despertador a la mañana para no quedarnos dormidos, podemos rodearnos en nuestra vida de “despertadores de conciencia” para poder invitar a un nuevo estado de Presencia.
La Meditación es un gran despertador, unos minutos diarios alcanzan para lograr un estado de alerta o intensidad que acalla los pensamientos y que luego se cuela entre ellos cuando retornan, dando un enfoque nuevo y significativo a nuestras vidas.
Otros despertadores son las prácticas de respiración (pranayama), los distintos tipos de yoga, la lectura de enseñanazas espirituales, el contacto con personas en diversas etapas del proceso de despertar y hasta el mero contacto con la naturaleza. Todas nos conducen a lo profundo del Ahora, más allá del tiempo, más allá del ego.
¿Por cuál de los dos caminos vamos a llegar?

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